-P.396
¿Por qué la frágil intención me evoca?,
desembarco en las huestes del pecado
que el Señor con amor nos ha dotado
para alcanzar los besos de una boca.
¿Dónde puedo tomar lo que me invoca?
si su cuerpo mi mente me ha tentado
y me doy por un loco enamorado
absorbiendo su piel que me convoca.
¿Dónde Señor, dónde se hace posible
lograr lo que más quiero?, ¡quién pudiera
retroceder allá!, ¿será plausible?
ser pájaro, marea, ser quimera
y ser tu barro y agua, apetecible
¡y morir pecando, cuando yo quiera!...
Stefania Ceruti
30/12/2009