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¡Amándote quisiera aunque perezca!
lastimado mi rostro por espinas,
sufriendo con heridas que asesinas
sangrarán cada vez que en ti amanezca.
¡ Al Averno, aunque no me lo merezca !
marcado por sirenas cantarinas,
sentencias de sus mentes ambarinas
conseguirán que un día me adormezca
buscándote en la cripta azul del cielo,
en la ingenua bondad sobre las lomas
de la fría inmensidad del blanco hielo,
sin sagrario y tal vez sin un pañuelo
posándose de noche las palomas
en la terca inquietud de mi desvelo.
Stefania Ceruti
31/12/2009