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Muchas veces te busqué y te he llamado
¿cuantas veces pagaste por mí el precio?,
regresé tantas otras ya muy necio
por la fruta en las manos del pecado.
Si pudiese, Señor, ir desangrado
a tu atril y encontrarme tu desprecio,
¿irascible estarías cruel y recio?
yo tus pies besaría doblegado.
A mentir fui una vez para ofenderte
sin hablar de bondad en tu sendero,
me siento con la angustia en los esclavos.
Hoy regreso a rogarte y ofrecerte :
que quisiera cargar con tu madero
rasgar mis vestiduras, con sus clavos.
Stefania Ceruti
12/03/2010