-P.413
Gime guitarra del viento
con tus cuerdas de diamante,
con ese cuerpo de roble
blancos acordes del arte.
No escondas nunca tu llanto
que ninguna voz te calle,
que atardeceres te besen
que tus sonidos te embriaguen.
Porque en tu seno amanezco
por montañas y por valles,
cuando el cóndor va contigo
cuando te llora mi carne.
Llevas música en tu vientre
dentro de ese fino talle,
canta guitarra el lamento
remonta el vuelo, no pares.
Silencios que te acompañan
se confunden con tu sangre,
con tu canto son estrellas,
sin tu canto son puñales.
La tierra ya está caliente
en esta desierta tarde,
pero se escuchan tus trinos
con acordes celestiales.
Cruzas del mar hasta el río
y en otra orilla te renaces
como inmaculada gema...
¡Guitarra mía!, no calles...
Stefania
16/02/2010