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Abrir la puerta encadenada ayer
es el son de la música serena.
Reverdecer en la rosa del placer
al prenderse en el mar sobre la arena,
encarnada en aroma de azucena
y en el rocío del amanecer.
Tu danzar es luz de luna gitana
hace enredar en el añil del cielo
heno azul de tus ojeras, galana
donde estoy condenado sin consuelo.
La carne de tus labios, roja grana
rompe en cruz sobre la brillante roca
que al huir de ti parece en la costana
agónica ave, en busca de tu boca.
Stefania
10/07/2010